Tecnología blockchain y smart contracts para una administración pública más eficiente, transparente y segura
I. Introducción
Según el Wold Economic Forum Davos celebrado el 17 de enero de 2020 la tecnología Blockchain/cadena de bloques está despegando, pero todavía se ve obstaculizado por la mala prensa y la falta de desarrollo legal y reglamentarios, pero se vaticina que este 2020 podría ser el año de la introducción de una moneda digital global
El impacto que el Blockchain/cadena de bloques tendrá en la administración pública excede nuestra imaginación en estos momentos, ya que está destinado a cambiar de una manera radical el funcionamiento de nuestro sistema actual. Podríamos decir que la primera jurisdicción de un país en adoptar blockchain/cadena de bloques y desarrollar un modelo regulatorio tendrá éxito en forma de empleos y crecimiento económico.Actualmente podríamos destacar dos leyes que ejemplifican un primer acercamiento hacia la transformación digital en las administraciones públicas como la ley 39/2015, de 1 de octubre, del procedimiento administrativo común regula la relación entre las Administraciones Públicas y los ciudadanos a través de medios electrónicos y por otro lado la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público normaliza las relaciones internas y la conexión entre las diferentes Administraciones. Ambas entraron en vigor en octubre de 2016 y tienen en común que persiguen la organización gestionada mediante sistemas digitales.
II. Aplicabilidad blockchain y smart contracts en la Administración pública
Aún existen muchos trámites en papel dentro de la administración a pesar de la constante insistencia en la digitalización y la eliminación de su uso, y antes de que esto termine de llevarse a cabo aparece el Blockchain/cadena de bloques que funciona como una gran base de datos o libro contable de todas las transacciones de datos que se usen en la red dentro de su dominio.
Un sistema público y descentralizado, sin control por ninguna entidad, hasta aquí podría pensarse que hablamos de ciencia ficción, de una utopía que jamás podría llegar a existir, porque aunque la tecnología esté ahí, los grandes poderes ya se encargarían de crear los mecanismos para su control, y aún más, las cadenas de bloques mantienen los datos enlazados y cifrados, por lo cual evita cualquier alteración e información falsa, siendo todos testigos de lo que ocurre en esta red y pudiendo ser a su vez observados de la misma manera.
El lector ya se irá haciendo una idea de lo que podría suponer esto en la administración pública, pero es todavía más interesante si se añade Inteligencia Artificial/artificial intelligence y Robotización/robotization de los procesos asociados. Con robotización y la aplicación de IA desaparecen los errores humanos en los pasos intermedios por los cuales han de pasar los datos brutos hasta convertirse en datos útiles, durante 24h 7 días a la semana, ahorrando millones de horas de trabajo repetitivo, imagine lo ágil que sería la administración, si se suma la analítica de los datos con algoritmos de IA/Inteligencia Artificial, pronto se verían cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada departamento en particular en cada ayuntamiento, y a su vez a un nivel más alto sobre provincias, comunidades y a nivel estatal, puede imaginar la optimización que se obtendría al aplicar estas tecnologías al conjunto del sistema y lo que supondría como mejora del servicio que se ofrece al ciudadano.
Una pregunta para el lector, ¿creería usted en la información que le llega verificada por procesamiento y cálculos matemáticos igual que cree en cualquier entidad financiera o de otro tipo?
Para responder a esta pregunta podemos poner de ejemplo de transformación digital a Estonia, desde 2010 usan esta tecnología para votar, y ni un solo ciudadano ha dudado jamás de que los resultados fueran alterados. Al aplicar las tecnologías a su administración estatal, redujeron los tiempos de los trámites hasta tal efectividad que la mayoría de ellos se resuelven en 48 horas. El uso de Blockchain en registros fiscales y empresariales, registros sanitarios…ha llevado a una reducción de más del 30% de funcionarios, si se entiende que en cada revolución industrial, esta denominada como digital, es inevitable la destrucción de empleo así como la creación de muchos otros nuevos empleos especializados, es un ejemplo muy claro de que funciona y de que es el siguiente paso a dar, en mi opinión personal los ciudadanos se merecen la implantación de esta tecnología para demostrar la buena voluntad tan mancillada hoy día de nuestros políticos.
Así es, ya habrá usted pensado que es una herramienta casi definitiva contra la corrupción, con los Smart Contracts/contratos ingeligentes, programas que se escriben en el libro mayor distribuido subyacente y se ejecutan automáticamente por nodos en la red o aplicaciones que se ejecutan exactamente como han sido programadas, sin ninguna posibilidad de censura, fraude o interferencia de terceros, incluyen una secuencia lineal de acciones donde cada una de ellas habilita a la siguiente, por lo que no hace falta fedatario público, puesto que se auto-certifica constantemente, con ellos se aporta la transparencia que demanda la ciudadanía de cara a generar confianza y a la vez, proteger de una manera inmutable la confidencialidad de los contratos públicos.
Una administración descargada de los pasos mecánicos e improductivos, lo que se suele llamar el movimiento de papeles y burocracia elemental, tendría tiempo de dedicarse a las tareas importantes de verdad y mejorar las vidas de las personas en un tiempo cada vez menor. Burocracia mínima y veracidad de los datos, ¿empieza usted a pensar en una utopía posible?
Sin duda es lo más cercano que nunca se ha estado de una utopía, la ciberseguridad que ofrece es actualmente la más alta, la información digital se certifica por varios participantes distintos que la registran, actualizan y validan mediante consenso mayoritario evitando que haya una autoridad certificadora, sin intermediarios, siendo uno el propio dueño de sus datos.
Es cierto que el uso de Blockchain necesita de una infraestructura totalmente digitalizada para que sea totalmente efectivo, y quedan varios años para que esta tecnología forme parte de nuestra vida diaria y el gobierno obligue su uso mayoritario en todos los organismos, podrían ser 5 años, esto sería magnífico, pero haría falta una voluntad parlamentaria muy fuerte y unión para llevar a término esta gran transformación, por lo que siendo prudente vaticinaría al menos 10 años para adopción total.
Las dificultades principales a la hora de implementar esta tecnología en España comienzan en primer lugar por la falta de personal cualificado, y ausencia casi total de formación sobre Blockchain en las universidades a día de hoy, una vez solventado este obstáculo, el siguiente vendría en la digitalización total de todas las administraciones, después de este paso habría que surtir a todos los ayuntamientos de unidades de procesamiento potentes que pudieran